Necesitamos Alianzas, Especialmente Improbables.

La crisis social y económica que se comienza a abrir paso en nuestras vidas es tan incierta y de tal magnitud, que las herramientas conocidas podrían no ser efectivas. Así como en el ámbito sanitario son necesarias nuevas vacunas y nuevos medicamentos para combatir el covid-19, en el ámbito social necesitaremos un repertorio nuevo de políticas públicas y un gran proceso de innovación acelerada en todo tipo de organizaciones. 

¿Cómo enfrentar la situación de millones de personas sin empleo y cientos de miles de empresas derrotadas por la fuerza de los hechos?; y ¿Cómo hacerlo en un contexto de distancia social?. Son gigantes los desafíos que tendremos por delante y sólo podremos ser exitosos si amplificamos la colaboración y la acción colectiva. No hay manera de superar esta crisis si nos mantenemos apegados a las viejas prácticas y aislados cada uno en su problema.  Si algo nos está enseñado esta crisis es que la sostenibilidad de nuestra sociedad es el resultado de una red de colaboraciones, es decir, de alianzas.

Las alianzas son una forma de colaboración indispensables para abordar los desafíos que tenemos y que vienen, así nos lo plantea, por ejemplo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 17. Hoy más que nunca se requiere que organizaciones públicas, privadas y la sociedad civil lo asuman como un proceso crítico que debe gestionarse como primera prioridad para la subsistencia de nuestro planeta y sociedad.

Para esto, es necesario salir de lo probable, ir más allá de la generación de redes y alianzas que se dan entre relaciones relativamente similares y conocidas, ya sea en torno a sus actividades empresariales, profesionales, familiares o de clase social. Debemos desafiarnos y orientarnos a generar Alianzas Improbables en las que predomina la heterogeneidad y la inclusión de sujetos diversos, con el objetivo de reconstruir y construir un nuevo tejido social y económico, donde se fortalezca la innovación y aumente la colaboración, experimentando nuevas formas de asociatividad.

Estas alianzas más allá de lo conocido, son necesarias y urgentes para abordar la incertidumbre, desde nuevas visiones compartidas. Las alianzas que sobrevivirán son aquellas que tengan la suficiente valentía y visión que supone la renuncia al protagonismo, diversificando el poder en la heterogeneidad. 

Si la finalidad de los ODS 2030 es acabar con la pobreza, contar con una salud de calidad, salvaguardar el medio ambiente y, en definitiva, garantizar la prosperidad del planeta y sus pueblos, definitivamente, estamos frente a un problema de proporciones, si dejamos que los ODS se desmoronen debido al Covid – 19. La pandemia del coronavirus es una oportunidad para construir una sociedad y una economía distinta. ¿Será una posibilidad de establecer alianzas improbables?

Uno de los problemas principales frente a esta situación que vivimos, ha sido abordarla con medidas casi paralelas entre países, y no desde una perspectiva y acción global. Lo que también se replica a nivel local. Es fundamental para la realidad actual, empezar por el agua, la salud y la alimentación, ya que son carencias que no esperan. Necesitamos reorientar la prioridad de los ODS a estas tres temáticas fundamentales estableciendo alianzas improbables con perspectivas transversales entre países, gobiernos, políticos, empresas y comunidades, lo que permitirá el que miles de personas dejen de esperar. 

Generemos instancias de diálogo, redes y nuevos encuentros colaborativos con foco, pues de ello, emergerán las respuestas a las profundas interrogantes que deberemos enfrentar. 

Daniela Yazigi Encina